Mañanas como estas... I

No miento cuando digo que pasará...


Vaya peculiar manera de pasar el tiempo… extraño las calles vestidas de invierno por donde caminaba a veces solo, a veces contigo. Sólo pensando en cómo sería mañana, y cómo se haría. A veces con la cabeza muy en alto hablando para ustedes o para mí solo, diciendo incoherencias que no venían al caso pero que mencionaba por diversión, diversión que ustedes no entendían. Lo entenderán?


Extraño muy aparte vestir con una casaca, mi mano en el bolsillo derecho y la otra sosteniendo un lápiz, papel arrugado o el bolsillo de mi pantalón. Saber que al salir a la calle el aire fresco y húmedo de Lima me estaría esperando para decirme: “adónde irías si no tienes caminos…”. A lo que respondo: “no es tu turno, es el mío”. No sé si me dejo entender.


Quiero una buena cámara para al caminar por las calles, pueda captar imágenes inéditas del ambiente, urbano, monótono y aburrido. Saber que una misma cosa adquiere personalidad distinta, saber que no siempre es lo mismo, saber que varía el punto de vista…


Quiero caminar llevando una mochila en la espalda, una casaca con cuello alto, papeles arrugados en el bolsillo y una mirada no tan baja, profunda y autónoma, como si estuvieran buscando.


Poder reír entre la gente, acompañado de un alguien, preguntarme por qué a pesar de todo, algunos días el invierno es tan dulce, opaco y mágico. Es en esa estación donde aumenta la influencia invisible de mis pensamientos. Cuando uno busca.


Y quiero volver a salir por las frías mañana hacia un lugar con césped y sin paredes, cruzar las piernas y preguntar de nuevo: “estás ahí..?”. Querer que la respuesta sea un Sí, pero, cuando abro los ojos se desvanece el pensamiento dejándolo, nuevamente, en recuerdo.


Despertar temprano sin preocuparme por el cansancio, aprovechar los metros que, por ahora, puedo aún caminar y caminar sin escuchar música. Quiero saber qué sonidos nos da éste invierno… será algo nuevo, estoy seguro. Se siente inconscientemente, cuando algo perturba, cuando algo gusta.


No busco el mismo tema, son diversos como las aguas del río, lamentablemente, no puedo saltar de objetivo pues aún no se aprenden bien el siguiente capítulo. Para qué engañar?


Dime, podremos ir hacia algún lado en este invierno. También recuerdo cuando se improvisaban caminos… caminaba detrás de ustedes sintiendo el viento, veía como a veces temblaban, podía oler sus aromas y estados de ánimo, y, como dije antes, insistía diciendo cosas… algo absurdas. Es que, nunca se han dado la verdadera paciencia de buscar.


Algo fácil aburre, algo difícil frustra, palabras de mal entendedor… si supieran como es, sería más fácil decir por qué y dónde.


Era más fácil cuando se lo pedía al viento, o cuando sólo lo pensaba en momentos variables e inciertos. Me gustaba cuando veía a las personas con las manos metidas en los bolsillos de la casaca, me gustaba cuando estabas vestida con lo normal, a pesar del “frío”, las caminatas largas servían para cuatro cosas:


1.- Olvidar temas aburridos


2.- Buscar alguna idea extraordinaria


3.- No pensar en el tiempo


4.- Calentar en algo el cuerpo


Seguimos, entonces a veces amanece ligeramente soleado pero el aire sigue siendo desdeñoso, la imaginación y pensamientos brotan llenando de nostalgia en donde alguna vez hubo una risa, ése es el efecto de las calles gélidas sobre recuerdos.


Y es que de todos modos sabemos que por ahora no hay nada mejor que un “Invierno limeño”.